COVID-19 es la enfermedad provocada por el nuevo coronavirus que surgió en China en diciembre de 2019. Es una enfermedad respiratoria que se puede propagar fácilmente de una persona a otra. Los síntomas incluyen tos, fiebre, dificultad para respirar, fatiga, dolores musculares o corporales, dolor de cabeza y otros.
Actualmente, las personas con mayor riesgo de infección son aquellas que han tenido contacto cercano con una persona sintomática, con COVID-19 confirmada. Es posible que las personas con condiciones neurológicas que deterioran la función pulmonar o que requieran un ventilador y otras con trastornos inmunodeficientes como la EM, puedan estar en riesgo de resultados más graves. La capacidad y el volumen pulmonar pueden verse afectados en las personas con una lesión de la médula espinal y otros tipos de condiciones neurológicas. La respiración profunda o la producción de una tos fuerte para limpiar los pulmones de líquido o mucosa pueden verse obstaculizadas debido a que los músculos no funcionan con la fuerza necesaria. El control de la temperatura también puede ser un problema en algunas personas con condiciones neurológicas, lo que dificulta el control de la fiebre.
Las personas con discapacidades deben seguir las recomendaciones dadas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Esto incluye:
- Las personas en riesgo de enfermedad grave deben permanecer en casa y mantenerse alejadas de otras personas enfermas.
- Lávese las manos con frecuencia durante al menos 20 segundos. Si tiene uso limitado de las manos o los brazos o le es difícil alcanzar un lavamanos, use desinfectante de manos que contenga al menos un 60 % de alcohol.
- Evite tocarse la nariz, los ojos y la boca.
- Evite los viajes no esenciales y viajar a áreas afectadas.
- Tosa en la parte interior del codo, no cubra la tos con la mano.
- Asegúrese de desinfectar periódicamente las superficies de contacto frecuente como las encimeras, los dispositivos personales, las llaves, los inodoros y las perillas de las puertas. Para los usuarios de silla de ruedas, usen toallitas con lejía para desinfectar los aros de empuje o la palanca de mando.
La COVID-19 puede ser especialmente preocupante para las personas que dependen de un cuidador para su asistencia personal diaria. ¿Qué sucede si mi cuidador está enfermo? ¿Qué sucede si mi cuidador no puede trabajar? Algunas recomendaciones:
- Pida a su cuidador que use guantes o se lave las manos cada vez que llegue de la calle, le toque, le dé alimentos o le ayude a prepararlos.
- Pida a su cuidador que use una máscara si alguien cercano a él está enfermo.
- Dígale a su cuidador que no acuda a trabajar si está enfermo.
- Cuente con un plan de respaldo si su cuidador se enfermara o la agencia de atención domiciliaria presentara escasez de proveedores.
- ¿Hay asistentes, familiares o amigos que pudieran ayudar con ciertas tareas?
- Prepare a alguien en quien pueda confiar en caso de una emergencia.
- Para obtener más recomendaciones, visite el Centro de Derechos de las Personas con Discapacidades.
Estamos trabajando de cerca con nuestros expertos en enfermedades infecciosas y siguiendo con cuidado los lineamientos de los CDC para mantener seguros a nuestros pacientes, al personal y a la comunidad. Exigimos que todos se autoevalúen y den fe de que no presentan síntomas al ingresar al hospital.
Si presenta fiebre, tos, dolor de garganta o dificultad para respirar, aíslese de los demás y llame a su médico. Por favor, NO vaya a una clínica, a la sala de emergencias o de urgencias, a menos que necesite ese nivel de atención. Si necesita atención de emergencia, llame si es posible antes de acudir. Para obtener información general acerca de la COVID-19, visite el sitio web de los CDC.