Historia de cierre de FOP de Mike

Era un día típico para una carrera típica con su perro. Pero la vida de Mike Collier dio un giro repentino.

 “Mi pantorrilla izquierda comenzó a tener calambres muy fuertes", dice Mike. Llamó a su esposa, Victoria, para pedir ayuda.

Cuando Victoria llegó allí, Mike estaba en el suelo, su perro a su lado. En casa, ella trató de frotar su pierna. Intentó un baño caliente. Cuando nada funcionó, llamó al médico.

Con la pierna azul, se dirigieron a la sala de emergencias. Después de una ecografía, llegó la noticia, recuerda Mike. “(Me dijeron) esto es potencialmente mortal. No podía conducir. Tuve que ser enviado en helicóptero al hospital del corazón".

Un inmenso coágulo de sangre estaba poniendo su vida en riesgo.

Mike voló desde el área de Prescott al Abrazo Arizona Heart Hospital en Phoenix, donde fue recibido por el Dr. Venkatesh Ramaiah, cirujano vascular.

"Me preguntaron si fumaba o bebía o si tenía antecedentes de coágulos, y dije ‘no, no y no’", dice Mike, recordando la intensidad del día.

Resultó que el coágulo de sangre era tan grande que se extendía desde su tobillo hasta su ingle.

A Mike le pusieron un stent en la pantorrilla. Le hicieron más pruebas. Cuando le pusieron un endoscopio en el corazón, encontraron lo que no debería estar allí: un agujero. Esto es lo que provocó el coágulo de sangre en su pierna.

La brecha se cerró con una reparación de FOP (un dispositivo de cierre de foramen oval permeable). Mike estuvo en el hospital durante cuatro días.  

Este fue el segundo roce de Mike con la muerte. Dos años antes, tuvo un ataque cardíaco a la edad de 48 años. Después del coágulo de sangre, Victoria y Mike se mudaron a Surprise para estar más cerca de las instalaciones médicas.   

Durante los últimos seis años, Mike ha tenido revisiones anuales con el Dr. Ramaiah. “No podría haber pedido un mejor equipo", afirma Mike. “Me siento genial ahora. No puedo parar de decir cuánto significa para mí tener personas de este calibre de profesionalismo y este tipo de atención cuidándome".

Mike tiene mucho por lo que vivir, dice su esposa de 32 años. “En dos ocasiones Mike ha estado cerca de morir”, dijo. "La primera vez con el ataque cardíaco y la segunda vez con el coágulo de sangre que podía haber viajado al cerebro".

Pero tuvo la oportunidad de vivir y estar con Victoria, su hija, dos hijos y cinco nietos.

Mike ha vuelto a caminar. Esta vez, todos los días junto con su nieta de 6 años hasta la escuela y de regreso.

Ahora con 56 años, Mike dice que la vida es grandiosa. “Todo cayó en su lugar perfectamente. No podría haber estado mejor de salud para mis nietos y mi familia.  Puedo caminar, nadar y andar en bicicleta".

Tiene un mensaje para todos. "No sean tercos. Escuchen a su cuerpo y escuchen a sus médicos. Si no se sienten bien, que los revisen.  Si son tercos, están poniendo su vida en sus propias manos. Quiero que todos escuchen lo que la gente les está diciendo”.